NUTRICIÓN Y PSICOLOGÍA
¿Cómo puedes esperar ser ligero por dentro si eres pesado afuera?
HABLEMOS DE... NUTRICIÓN Y PSICOLOGÍA
Ahora
es cada día más claro la importancia que la nutrición tiene para
nuestra salud y por esta razón la mayoría de nosotros nos
preocupamos, más o menos, por lo que comemos. Además, en nuestra
sociedad basada en la apariencia le das mucho valor a la apariencia
física, pero no siempre es fácil conseguir un cuerpo como te
gustaría. La cuarentena nos permitió tener más tiempo para cocinar
alimentos saludables y hacer ejercicio, pero también tuvimos que
adaptarnos a una vida aún más sedentaria de la que ya teníamos y
por lo tanto es normal si no podíamos mantenernos en forma. Muchas
personas se culpan a sí mismas por esto o ni siquiera tratan de
cambiar sus hábitos porque están convencidos de que no lo harán o
que no tiene sentido hacer sacrificios. Sin embargo, si tenemos buena
autoestima, es decir, creemos que podemos fijarnos una meta y
hacerlo, será más fácil tener éxito porque la motivación te
empuja hacia el resultado más fácilmente. Por lo tanto, la
motivación es la base de la nutrición y la motivación para comer
proviene de respuestas a diferentes estímulos de diferentes áreas
del cerebro. Otro factor clave cuando hablamos de nutrición es la
decisión porque tenemos que decidir cada día qué alimentos comer,
a qué hora comerlos, cómo cocinarlos y en qué cantidades... una
vez más* se ve la importancia de las “life skills” en nuestras
vidas (uno de ellos es la toma de decisiones).
Los alimentos nos estimulan con diferentes sensaciones también porque están ligados a los recuerdos y muchas veces no nos damos cuenta de que preferimos unos a otros precisamente por lo que nos hace "saltar a la mente". También es importante cuando se trata de nutrición poder distinguir el hambre real de una necesaria para llenar un inconveniente: de hecho muchas veces la comida es la manta a una emoción que no queremos enfrentar. En los tiempos en los que estamos más estresados, y ciertamente el que estamos viviendo lo es, nuestro cuerpo probablemente se ve afectado y esto también afecta nuestra grasa. Además, en estos momentos tendemos a comer alimentos más agradables porque disminuyen el estrés, creando así un círculo vicioso. Incluso el mal sueño puede ser la causa o la consecuencia de una mala nutrición.
Así
que muchos factores relacionados con el bienestar y la esfera
psicológica entran en juego cuando hablamos de nutrición: si
queremos alimentarnos adecuadamente por razones de salud o
simplemente estéticas, es necesario primero sentirse bien
psicológicamente.
*Digo “una vez más” porque a menudo hablo de “life skills” (habilidad de vida), si todavía no sabéis lo que son me podéis preguntar.
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